Acabemos con el racismo sistémico

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El asesinato de George Floyd a manos de un agente de policía de Minneapolis en 2020 y la contínua respuesta violenta de la policía contra los manifestantes generó un rechazo unánime en buena parte del mundo. También en España. Las redes se tiñeron de negro para apoyar la lucha antirracista teniendo como marco de fondo la situación en Estados Unidos. 

Y eso estuvo muy bien, pero no hace falta cruzar el charco para denunciar el racismo. El movimiento Black Lives Matter debería ser un espejo para nosotras también, porque amigas, España está cargadita de racismo sistémico y ya va siendo hora de que acabemos con esta lacra. Y no sólo nos referimos a los derechos de las personas negras, sino de todas las personas que sufren violencia y discriminación a diario fruto de la cultura de supremacía blanca.

Las víctimas de Tarajal, el asesinato de Lucrecia Pérez, las muertes de Samba Martíne y Mame Mbaye o todas las víctimas anónimas que mueren en el mar cruzando el estrecho son un claro ejemplo del racismo estructural de nuestro país. 

RACISMO Y MIGRACIÓN

Si nos conocéis, sabréis que Ben&Jerry’s lleva años luchando por los derechos de las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo junto con organizaciones sociales. Quizás, os preguntaréis qué relación tiene la lucha antiracista con defender los derechos de las personas migrantes y refugiadas. Y la respuesta es muy sencilla; en ambos casos estamos hablando de poner fin a la Cultura de Supremacía Blanca.

EL ORIGEN DEL RACISMO ESTRUCTURAL

El asesinato de George Floyd no fue el resultado de una manzana podrida en el cuerpo policial; fue la consecuencia predecible de un sistema y una cultura racista y prejuiciosa que trata con violencia a las personas negras y a las personas no occidentales en nuestros países. La supremacía blanca estructura nuestro sistema de tal forma que se reparten derechos de forma desigual, se acepta la violencia en ciertas personas y no en otras, se justifican las discriminaciones y las opciones de vida según el color de piel, el origen etc. Así pues, que las personas en situación irregular no puedan trabajar, que se denieguen la mayoría de solicitudes de asilo o que a una persona negra o con apellidos árabes le sea imposible que le alquilen un piso, es culpa de nuestras leyes y nuestra cultura racistas. Y cuanto antes lo aceptemos, antes le pondremos fin

Además, lo que le sucedió a George Floyd también es el resultado de siglos de esclavitud y de relaciones globales injustas y desiguales en todo el mundo. Tiene que ver con los primeros hombres y mujeres esclavizados y que fueron llevados desde España y el resto de Europa a Estados Unidos. Floyd es otro más de una larga lista de nombres que se remonta a esa época y que aún no ha terminado. 

¿QUÉ PODEMOS HACER AHORA? 

Como no podemos cambiar el pasado, debemos embarcarnos en el trabajo de hacer justicia para todas las víctimas del racismo y la xenofobia, que estructuran nuestro sistema de forma diaria.

Hace cuatro años, en B&J’s declaramos públicamente nuestro apoyo al movimiento Black Lives Matter. Hoy, queremos ser aún más claros sobre la urgente necesidad en nuestro país de tomar medidas concretas para desmantelar la supremacía blanca en todas sus formas y eso pasa por:

  1. Reconocer nuestro pasado colonial y que nuestra riqueza se sostiene en ese pasado y en las actuales políticas extractivistas en países del sur global.
  2. Poner fin a estas políticas e idear políticas de memoria, justicia y reparación, más allá de la cooperación internacional.
  3. Reconocer que una de las principales causas de las migraciones y del creciente número de personas solicitantes de asilo son el resultado de estas políticas coloniales y extractivistas que históricamente y actualmente llevamos a cabo en los países de origen, es necesario asumir nuestra responsabilidad en esta situación. 
  4. Reescribir aquellas leyes que generan discriminación racial y aquellas que impiden que las personas migrantes y refugiadas vivan en igualdad de condiciones, como la Ley de Extranjería y la Ley Mordaza. 
  5. Trabajar conscientemente desde una posición crítica, desde la deconstrucción de nuestros privilegios para poner fin al racismo estructural y sistémico en nuestro país.

Así pues, os animamos a reconocer colectivamente el privilegio blanco, asumir la responsabilidad de nuestro pasado y el impacto que tiene en el presente, y comprometernos a crear un futuro impregnado de justicia social. Si no lo hacemos, la lista de nombres que siguen al de George Floyd nunca terminará, y eso no lo podemos permitir. 

Por eso, desde Ben&Jerry’s lanzamos campañas como Leaving is Living para garantizar el derecho al asilo de todas las personas que huyen de la violencia y buscan un futuro mejor en nuestro país. Y ahora con Esperar cuesta trabajo nos sumamos a la campaña #RompeElTrecho para garantizar un Reglamento de Extranjería justo y en base a los derechos humanos. Si tú también quieres empezar a poner fin a la supremacía blanca, ¡firma el manifiesto aquí!