Conoce a Marie Faye, la historia de una migrante en España

 

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No es una opinión, migrar es un derecho humano así como algo natural en todas las especies. Migran los animales y migramos los humanos para vivir mejor. Por eso, en Ben&Jerry's queremos reivindicar el derecho a migrar de todas las personas y lo hacemos dando voz a las personas que han migrado a España y forman parte de nuestras comunidades, como es el caso de Marie Faye, una mujer joven senegalesa con una historia de vida que nos dejó helados.

 

Marie, háblanos un poquito sobre ti...

Soy Marie Faye, nací y crecí en Senegal hasta después del bachillerato, ya que mi familia decidió que tenía que migrar para estudiar en Europa porque siendo la más estudiosa de una familia de 11, tenía que poder ser su esperanza por un futuro mejor.

 

Europa no ha sido lo que te esperabas, ¿qué dificultades te has encontrado? 

Yo vine básicamente para continuar mis estudios, como la mayoría de europeos hacen por todo el mundo. Pero sin medidas públicas de apoyo a los estudios, ni ayudas familiares para subsistir, no tuve más remedio que dejar los estudios para ejercer de mantera en las calles de Barcelona. Sin embargo, con el dinero que ganaba de la manta, a la larga pude volver a pagarme un grado de ADE en la Universidad de Barcelona.

 

¿Qué no te gusta de Europa?

La mirada que Europa tiene de África. Es una mirada que nos dice que somos pobres, somos menos, somos delincuentes, sin valor, feos, etc…. Esa mirada en el metro, la mirada de desconfianza cuando entras a una tienda un poco lujosa... A ese racismo cultural hay que sumarle las dificultades para obtener papeles, para buscar trabajos dignos y no estar sobreexplotados en los restaurantes y bares o de acceder a puestos importantes o, por lo menos, de tener un salario acorde a tus competencias.

 

Cuéntanos un poco más sobre estas discriminaciones…

La Ley de Extranjería obstaculiza, denigra y a veces mata. Tal cual te lo digo. Porque desde el principio te deja sin derechos, al mismo tiempo que la sociedad continúa siempre pidiéndote deberes. No nos permite regularizar la situación durante 3 años, y esto me obligó a bajar a la calle a hacer trenzas en las playas, vendiendo en la manta, explotada como chica de limpieza en muchas casas…Esta es la situación de muchas personas en España, y no es justo.

Además, hay que sumarle la discriminación diaria que sufrimos por el racismo cultural e histórico de la cultura española y europea, que parece que no está, pero yo lo vivo cada día. 

 

Con muchas dificultades, lograste combinar tu vida como mantera y universitaria, ¿cómo lo hiciste?

Fue casi imposible combinar las 2 cosas. Llevaba mis mercancías pesadas conmigo a la universidad para ir a las clases de ADE y saliendo de allí iba directa a vender en la calle. ¡Imagínate la desventaja que tenía con mis compañeros de clase! Como no tenía papeles no podía optar a las becas y tampoco tener un trabajo regularizado para cubrir los costes de la universidad. Mi única opción era ser una universitaria mantera. Pero no me arrepiento, todo lo contrario, porque al final de cuentas yo quería luchar contra la discriminación y el racismo con educación y cultura y vivía ambas realidades.

 

¿En qué andas metida ahora? 

Actualmente soy la presidenta de la cooperativa Diomcoop que busca dignificar la vida de los vendedores ambulantes vendiendo productos artesanales y ofreciendo servicios como catering. También estoy en una cooperativa de vivienda que se llama la Diversa. Sin embargo, mi sueño es tener un proyecto sólido para poder volver a Senegal y ayudar a que los jóvenes se realicen desde África por África, que tengan las oportunidades en su propio país y no tener que emigrar a toda costa; que lo hagan sólo si realmente lo desean, como los jóvenes occidentales.

 

¡Aprovecha este espacio para decirle lo que quieras a la gente que nos lee!

No importa el lado del que lo analicemos: espiritual o religioso, del darwinismo, del científico... ¡al final de cuentas no hay razas! La humanidad es una. Tenemos que respetarnos los unos a otros, sino nunca se podría hablar de justicia ni de democracia sin sentir la sombra de la vergüenza. Los países europeos, como España, deben dejar de expoliar a los países que a pesar de que están catalogados como pobres son ricos en recursos naturales. Es el expolio el que genera que sus ciudadanos tengan que migrar a Europa. Tenemos que poner fin a esta injusticia y así sus ciudadanos podrán vivir en mejores condiciones.

 

¿Qué otras acciones debemos tomar para revertir la situación?

Que se deje de pasar tanta desinformación y discurso del odio en los medios sobre los migrantes. Ésto sólo favorece a los sentimientos negativos y nefastos e imposibilita un diálogo sano para buscar soluciones idóneas para todas las personas, con independencia de su origen.