Pastel invertido de plátano con mantequilla avellana

Precalienta el horno a una temperatura de 180 °ºC. Prepara un molde para tartas de 23 cm de diámetro con bordes de al menos 5 cm de altura. Pulveriza el molde con un aerosol desmoldante, corta un trozo de papel vegetal para el fondo del molde, y pulverízalo también. Ahora, haz la cobertura de la mantequilla avellana. Derrite la mantequilla en una cacerola honda a fuego medio-alto hasta que la mantequilla se derrita y se vean motitas. Pasa de dorada a quemada en un santiamén, así que no la pierdas de vista. Si huele a quemado, tírala y vuelve a empezar. Vierte la mantequilla avellana derretida en el molde de 23 cm de diámetro, sobre el papel vegetal. Espolvorea el azúcar moreno sobre la mantequilla. Encaja los plátanos partidos, con el lado cortado para abajo, en el molde encima de la mantequilla y el azúcar. Intenta que encajen sin amontonarse.

Ahora toca preparar la masa. Bate la mantequilla ablandada y el azúcar moreno en un bol hasta obtener una mezcla ligera y esponjosa. Incorpora los huevos uno a uno, batiendo la mezcla y rebañando el bol cada vez que añadas uno. Añade el extracto de vainilla. Bate la harina, la levadura en polvo y la sal en un bol pequeño. Incorpora la mezcla de la harina y el helado derretido poco a poco, empezando con la mitad de la harina, luego el helado y por último el resto de la harina, batiendo entre cada incorporación.

Vierte la mezcla resultante sobre los plátanos e iguala la parte superior.

Hornéalo durante 40 o 45 minutos o hasta que, cuando metas un palillo en el centro del pastel, este salga limpio. Deja el pastel reposar durante 5 minutos.

Para darle la vuelta al pastel, colocaremos un plato del revés sobre el molde del pastel y, con mucho cuidado, le daremos la vuelta al molde y al plato a la vez. Ahora ya podremos desmoldar el pastel cuidadosamente. Si aún queda mantequilla avellana en el molde, rebáñala con una espátula y espárcela por el pastel. Córtalo, pon un poco de Chunky Monkey encima y, ¡a gozar!