1 de diciembre de 2016
Ya ha pasado más de un año desde que se celebró en Francia la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, cuando el mundo se reunió para adoptar el Acuerdo de París, el primer acuerdo climático global de su tipo para reducir las emisiones de carbono. En ese proceso, y a pesar de su diminuto tamaño, los 180 kilómetros cuadrados de las Islas Marshall contribuyeron a dirigir el cambio. Negociar acuerdos vinculantes internacionales es un trabajo muy duro y por eso estábamos a mano con una intervención con helados.
Tony de Brum, Ministro de Asuntos Exteriores de las – Islas Marshall’, fue el primero en recibir una bien merecida y reconstituyente bola de ‘Save Our Swirled’, un sabor elaborado para contribuir a incrementar la concienciación y la financiación para las acciones en pro del clima.
Las líneas del frente del cambio climático
Cada vez estamos viendo más y más cómo el cambio climático no es una amenaza distante. Está sucediendo aquí y ahora y lugares como las Islas Marshall se encuentran en las mismas líneas del frente.
Un acuerdo complicado
Algunos podrían decir que esta nación insular de poca altitud lo ha tenido crudo. Estados Unidos la utilizó durante la Guerra Fría como campo de pruebas de armas nucleares, y la bomba que cayó en 1954 en el atolón Bikini fue tan potente que tres islas enteras desaparecieron por completo. Como si no fuera suficiente con la lluvia radioactiva, el incremento de los niveles del mar provocado por el cambio climático está ahora amenazando con dejar a todo el país bajo las aguas, y todo esto a pesar de la minúscula contribución que hace a las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Además, sus niveles de pobreza son los más elevados del Pacífico, lo que resulta más bien irónico si se consideran las décadas que ha pasado bajo la administración de Estados Unidos utilizando el dólar estadounidense. Si esto no es un acuerdo complicado, ¡a ver qué es complicado!
Evacuación masiva
A medida que su litoral va desapareciendo, más y más personas se están viendo obligadas a marchar. En el 2014, una racha de olas de 5 metros de altura inundó el país provocando un estado de emergencia y metiendo la directa en el proceso de evacuación. En estos momentos casi 20 000 habitantes nativos de las Islas Marshall viven en Estados Unidos, un tercio de toda su población.
Esa tal vez sea la única cosa positiva resultado de la infeliz asociación del país con Estados Unidos. Actualmente, un convenio de libre asociación permite que los habitantes de las Islas Marshall vivan y trabajen en Estados Unidos sin tener visado, aunque esto caducará en 2023 y no existen garantías de que se vaya a renovar.
Muchos isleños temen que las puertas hacia la seguridad se cerrarán y les dejarán sin ningún lugar al que ir, algo que les lleva a hacer las maletas e irse mientras aún pueden. Eso si pueden irse dejando su hogar, sus amistades y su forma de vida.
¡Actúa ya!
Sumergirse
Quienes se quedan se enfrentan a mareas invasoras, una tasa de desempleo cada vez mayor y ver cómo se marchita la economía. Hacen lo que pueden para reforzar sus hogares contra el mar y construyen improvisados muros de piedra que solamente duran hasta que la siguiente serie de olas los derriba. Muchas personas han abandonado sus hogares y se han trasladado al interior, pero con eso lo único que consiguen es un poco de tiempo extra.
Un isleño lo resumió perfectamente en un desgarrador artículo que apareció recientemente en The Guardian. “Cuando llegue la próxima subida del mar y se lleve todas las cosechas y las cosas de los hogares de las personas, ¿qué va a pasar? Vamos a tener que sumergirnos. El agua va a seguir subiendo y nos vamos a quedar sin ningún lugar al que ir. Nos vamos a quedar sin sitio.”
¡1,5 para mantenerse vivos!
No se trata sólo de islas remotas y de baja altura las que van a sufrir el cambio climático. Lo que hoy sucede en lugares como las Islas Marshall, Palau y Fiji, mañana sucederá en otros lugares. Importantes centros urbanos como Bombay, Nueva York y Miami están en riesgo porque grandes zonas de esas ciudades se encuentran a poca altura sobre el nivel del mar. Eso significa que decenas de millones de personas se verán directamente afectadas.
Si queremos evitar este inminente desastre y mantener lugares como las Islas Marshall sobre el nivel del mar, tenemos que asegurarnos de que mantenemos nuestro objetivo a largo plazo de un calentamiento que supere 1,5 °C. La 22.ª Conferencia sobre el Cambio Climático está a la vuelta de la esquina y por eso necesitamos mantener la presión sobre los líderes mundiales para que pongan rápidamente en práctica el Acuerdo de París, y, por ese motivo, ¡tenemos que unirnos y gritar en voz alta nuestro mensaje!